Influenza y educación

Por
Oswualdo Antonio González

Posterior a la crisis sanitaria retomaremos la línea temática acordada, mientras dedicaremos este espacio a construir algunos argumentos relacionados con la epidemia de la “influenza humana” y su impacto en la educación básica.

Abordaré esta temática desde distintos perspectivas, con el propósito de ir construyendo posicionamientos que nos permitan focalizar la discusión con los interesados vía correo electrónico (oswualdoa@yahoo.com.mx).

El primer ángulo desde el que me interesa abordar la cuestión de la “influenza humana” y su impacto en la educación básica es desde la óptica de los padres de familia y maestros.

Por cuestiones laborales acudí la ciudad de México el día 28 de abril, por supuesto con miles de temores respecto de la posibilidad de contagio. Un primer signo del temor colectivo que ya reinaba en esas fechas a nivel nacional, fue el bajo número de viajeros en el autobús, la mayoría con cubreboca; ya en la terminal de la capital del país el ambiente era distinto a otras veces, pocas personas, un alto número con cubreboca y un elemento adicional la utilización de guantes, las calles de la ciudad estaban semidesiertas y en el hotel sede del evento el ambiente era igualmente de temor. El servicio de café y galletas, tradicional en estas reuniones, no fue probado casi por nadie y las “idas al baño” para lavarse las manos era frecuente; al igual que yo, adicionalmente los otros asistentes llevaban productos especiales de limpieza, en mi caso recomendado por un amigo médico de la ciudad de México.

En charlas en corto, era recurrente el tema de la familia, sobre todo de los hijos, siendo un argumento común el hecho de que aun no habían “vivido”, era una especie de reminiscencia de un viejo instinto de protección o algo que pocas veces nos permitimos expresar públicamente, “el amor”; así, ante la posibilidad de riesgo en la vida de los hijos, lo laboral empequeñece, incluso al grado de importar poco la vida propia. En este contexto de padres y madres de familia, las medidas tomadas por las autoridades federales de suspender todas las actividades escolares, es vista en lo general como apropiada, ya que es preferible “exagerar” a luego lamentar. Ahora bien la posibilidad de romper la rutina permite, como en mi caso, contar con espacios de charla con los hijos que bajo condiciones laborales “normales” sería imposible. Otro aspecto interesante de esta coyuntura es que los hijos redimensionan “la vida”, preguntan sobre la muerte, la enfermedad, valoran la higiene y se hacen responsables por la vida del otro, ya que de no cuidarse pueden ser la entrada del “virus” y poner el “peligro” a la familia.

Con los maestros de educación básica que he podido platicar, dos son las preocupaciones: como recuperar el tiempo perdido y una especie de duda colectiva respecto de la veracidad de esta “crisis sanitaria”, este último ángulo de análisis lo abordaremos el próximo sábado bajo el título “manipulación o realidad”.

A los padres de familia los invitamos a visitar un sitio con múltiples actividades para los niños http://www.veracruzenlace.blogspot.com/