Escrito por:
Oswualdo Antonio González
Oswualdo Antonio González
En el debate realizado el pasado jueves 25 entre los presidentes nacionales del PAN, PRI y PRD, el abordaje del tema educativo fue una muestra de cómo se concibe a la educación y sus soluciones.
El presidente del PAN afirmó que el éxito del sexenio era la evaluación por primera vez de los maestros, lo cual es una falsedad, ya que en este sexenio no se ha planteado nada en este sentido; la carrera magisterial fue una política diseñada en el marco del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica firmado en 1992, que en la práctica sigue funcionando como un sistema de mejora de las percepciones económicas de los maestros, pero sin existir un vínculo con el desempeño docente. Tan es falsa la afirmación del presidente del PAN, que en este momento en las mesas de la Alianza por la Calidad de la Educación, se está discutiendo la posibilidad de cambiar su diseño, pero aún no hay nada, ya que las decisiones no las toma el gobierno federal, sino los grupos de poder vinculados al SNTE.
Es precisamente en materia de política de evaluación educativa donde el gobierno federal muestra su incapacidad, sus pretensiones centralistas y su tendencia a no rendir cuentas, ya que una de sus primeras acciones fue ignorar la experiencia del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en materia de evaluación, que como un órgano independiente a la Secretaría de Educación Pública estaba en posición de realizar evaluaciones independientes y objetivas, atribuyéndose esta función nuevamente, siendo juez y parte de este proceso, lo cual deriva en el uso político de esta herramienta para la mejora.
Así por ejemplo, de la prueba nacional ENLACE no se han derivado políticas de mejora focalizada, al contrario, se viene agravando una tendencia a la creación de programas, sin un eje o política que los articule, con el consecuente impacto en el uso del tiempo en las escuelas. El perfil de la política educativa en este sexenio puede sintetizarse en una palabra, improvisación.
Finalmente, un rasgo característico del presidente del PAN es su estrategia de descalificación a los que cuestionan sus verdades, hecho que no merece mas comentarios.
En el mismo debate el PRD mostró su contradictorio perfil, por un lado defendiendo el derecho de los maestros de estar en contra de la Alianza en Michoacán, Oaxaca o Morelos, pero por el otro deslindándose de medidas de protesta como las marchas, en fin, es el más patético de los perfiles de la izquierda mexicana; así el nuevo partido “buena onda” se acerca más al rostro del Partido Verde Ecologista de México que a una izquierda como alternativa a la derecha.
En el caso de PRI, aunque no planteo un posicionamiento claro respecto del tema educativo, si mostró una mayor claridad en sus planteamientos, su problema radica en que su nuevo discurso se contradice con algunas de sus estructuras, prácticas y personalidades.
En los próximos artículos desarrollaremos una serie acercamientos a la posibilidad de una educación alternativa, bajo el título “Utopía educativa”.
El presidente del PAN afirmó que el éxito del sexenio era la evaluación por primera vez de los maestros, lo cual es una falsedad, ya que en este sexenio no se ha planteado nada en este sentido; la carrera magisterial fue una política diseñada en el marco del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica firmado en 1992, que en la práctica sigue funcionando como un sistema de mejora de las percepciones económicas de los maestros, pero sin existir un vínculo con el desempeño docente. Tan es falsa la afirmación del presidente del PAN, que en este momento en las mesas de la Alianza por la Calidad de la Educación, se está discutiendo la posibilidad de cambiar su diseño, pero aún no hay nada, ya que las decisiones no las toma el gobierno federal, sino los grupos de poder vinculados al SNTE.
Es precisamente en materia de política de evaluación educativa donde el gobierno federal muestra su incapacidad, sus pretensiones centralistas y su tendencia a no rendir cuentas, ya que una de sus primeras acciones fue ignorar la experiencia del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en materia de evaluación, que como un órgano independiente a la Secretaría de Educación Pública estaba en posición de realizar evaluaciones independientes y objetivas, atribuyéndose esta función nuevamente, siendo juez y parte de este proceso, lo cual deriva en el uso político de esta herramienta para la mejora.
Así por ejemplo, de la prueba nacional ENLACE no se han derivado políticas de mejora focalizada, al contrario, se viene agravando una tendencia a la creación de programas, sin un eje o política que los articule, con el consecuente impacto en el uso del tiempo en las escuelas. El perfil de la política educativa en este sexenio puede sintetizarse en una palabra, improvisación.
Finalmente, un rasgo característico del presidente del PAN es su estrategia de descalificación a los que cuestionan sus verdades, hecho que no merece mas comentarios.
En el mismo debate el PRD mostró su contradictorio perfil, por un lado defendiendo el derecho de los maestros de estar en contra de la Alianza en Michoacán, Oaxaca o Morelos, pero por el otro deslindándose de medidas de protesta como las marchas, en fin, es el más patético de los perfiles de la izquierda mexicana; así el nuevo partido “buena onda” se acerca más al rostro del Partido Verde Ecologista de México que a una izquierda como alternativa a la derecha.
En el caso de PRI, aunque no planteo un posicionamiento claro respecto del tema educativo, si mostró una mayor claridad en sus planteamientos, su problema radica en que su nuevo discurso se contradice con algunas de sus estructuras, prácticas y personalidades.
En los próximos artículos desarrollaremos una serie acercamientos a la posibilidad de una educación alternativa, bajo el título “Utopía educativa”.
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