Sin reversa

Fecha de publicación en EXCÉLSIOR: 05-Ago-2009

La semana pasada tuve una conversación con un amigo, militante del Partido Acción Nacional, quien se califica de panista de “hueso colorado”. Me comentó que conoce al presidente Felipe Calderón desde hace muchos años, desde cuando era secretario general de su partido. Una de las cosas que me dijo atrajo mi atención e inquirí por más detalles. Él expresó que al Presidente lo hicieron “sin reversa”, que es cumplidor y no sabe echarse para atrás. Por otra parte, un corresponsal me criticó por los juicios que hago de los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. A él le parece que exageré en mi artículo de la semana pasada cuando expresé que los dirigentes del SNTE se doctoraron en simulación. Él piensa que cuando mucho tienen maestría; sugiere que a quienes se doctoran no se les nota lo tramposo. Permítaseme considerar cada uno de esos puntos.

Mi amigo panista reconoce que nunca fue cercano al hoy Presidente, pero se definió como su fan. Según él, no tener reversa significa fuerza de voluntad, carácter y tamaños suficientes para enfrentar al crimen organizado y a la crisis económica. Le hice al abogado del diablo y argüí que, al menos en el caso de Josefina Vázquez Mota, el Presidente había metido reversa. Él me respondió de bote pronto: “No. La mandó al Congreso para no frenar la ACE ni su relación política con la ‘maestra’”. ¡Órale! Me dije, ahí está la clave.

No pienso que el juicio de mi amigo sea certero del todo: el presidente Calderón ha dado marcha atrás en varios asuntos que eran cruciales para su gobierno, como la reforma fiscal y la petrolera pero, pensé, puede ser que el análisis de mi conocido se aplique a aquellas áreas dentro del Poder Ejecutivo, donde el mandatario no tiene contrapesos de calibre. Por ejemplo, en la guerra contra el crimen organizado o en el control del PAN. Pero me asusté al pensar en la ACE, con que dure lo que resta de este gobierno, puede acabar de dar al traste con la educación básica de este país. Al final del sexenio, Elba Esther Gordillo y su camarilla habrán conquistado la mitad del cielo y tejerán alianzas con quien tenga posibilidades de ganar las elecciones y le ofrezca más. Ella y sus vicarios trabajan para eso y aprovechan el temor que inspiran en los gobiernos de los estados (y tal vez en el mismo secretario de Educación Pública) para acrecentar su poder. Por lo pronto, Gordillo ya le publicó un desplegado y mandó a sus subordinados a hacer declaraciones, para culparlo porque las escuelas no son pintadas del color que a ella le gusta. Es una cortina de humo para desviar la atención del concurso y presionar a Lujambio.

Aunque dudo que los altos funcionarios, tanto del gobierno central como de los estados, lo acepten en público, se dan cuenta de que el SNTE ya les está haciendo chapuza con el Segundo Concurso Nacional de Asignación de Plazas Docentes. De varias partes me llegan noticias de que los dirigentes seccionales, a pesar de que ya habían firmado un acuerdo con su respectivo gobierno acerca del número de plazas que se concursaría para nuevo ingreso, recibieron línea del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE con el fin de reducir el número de las nuevas y ponerlas en el segmento para los maestros en servicio. La mayoría de los gobiernos estatales cedieron.

Pero concurso significa examen, se me dirá. De acuerdo, sin embargo, la estafa consiste en que de manera clandestina los dirigentes nacionales garantizan que concursen docentes en servicio para que obtengan su doble plaza. Es decir, el SNTE quitará la oportunidad de conseguir un puesto definitivo a un buen número de profesores que trabaja por honorarios y cubre vacantes. Lo hace con el objetivo de favorecer a sus fieles. Además de que los dirigentes medios siguen escamoteando plazas. La retórica de que había que “favorecer a los compañeros que tienen años trabajando sin contrato definitivo”, se viene por los suelos.

En los estados que aceptaron participar en el concurso (porque hay algunos que no) ya se dieron cuenta de esas maquinaciones. Pero en la distribución del poder ocupan una escala muy baja; no tienen con qué oponerse a los designios del SNTE. Mi intuición me dice que en la SEP también ya se enteraron de esa jugada. Tal vez los altos funcionarios pudieran frenar la intentona, o al menos tratar de lograrlo, pero acaso tengan instrucciones de no meter reversa.

También me informan algunos corresponsales que no llega dinero a los estados para mejorar la infraestructura escolar, con todo y que están aprobados. A lo mejor la desconfianza del Presidente en los gobiernos locales impide que se ejecuten esos recursos en tiempo. Ni siquiera en eso —lo más fácil— la ACE va a cumplir.

La Alianza por la Calidad de la Educación va a resultar un placebo, no va a mejorar gran cosa los males de la educación.

Retazos

En la grilla interna del SNTE parece que Silvia Luna ya está tomando el lugar de Rafael Ochoa. Alguien me dijo que el todavía secretario general ejecutivo tiene sus días contados. Mantengo mis dudas.