ATP

En el contexto de la educación básica mexicana se denomina ATP a los Apoyos Técnico Pedagógicos. Los ATP son una figura importante en la estructura operativa de los sistemas educativos estatales ya que implementan y traducen a las escuelas, las políticas que diseñan las autoridades públicas educativas.

El desempeño de los ATP es un síntoma de salud institucional, por ello no puede ser analizado aislado de las redes de relaciones y condiciones en las que realizan sus funciones. En este artículo plantearemos tres factores que condicionan el actual quehacer de los ATP, bosquejando de manera sintética algunas posibles líneas de acción para revertir esta tendencia.

El primer factor que salta al analizar a los ATP es la falta de un perfil específico acorde con las actividades que se les pide realizar. Los ATP parten de una formación inicial común, son licenciados en Educación en sus distintas especialidades, habilitados para coordinar procesos de enseñanza y aprendizaje, pero con pocos elementos para implementar procesos de gestión, de evaluación institucional o de planeación estratégica, por mencionar algunos rubros. Esta falta de perfil profesional se refleja en su desempeño, ya que el aprendizaje de los roles de esta nueva función las realiza de forma empírica, por ensayo y error. Una línea de acción para responder a los retos planteados en este primer factor, es desarrollar un curso de inducción a la función donde todos los aspirantes a ATP se den el tiempo para revisar algunos planteamiento teóricos y metodológicos básicos, así como analizar algunas estrategias exitosas en este campo. Con esta acción se recuperaría la riqueza de la experiencia institucional y se podría aspirar a otros niveles de desempeño.

Un segundo factor que condiciona la función de los ATP es la falta de incentivos institucionales para permanecer y mejorar de manera continua. Una línea de acción en este rubro factible de operar, es que se pueden otorgar becas de estudio, o estancias cortas a los ATP que logren demostrar a través de los resultados de pruebas estandarizadas que las escuelas que acompañan elevaron sus niveles de logro. En esta línea se pueden hacer muchas cosas, puntualizando que no tienen que ser únicamente incentivos económicos.

Un tercer factor son las reglas para la permanencia en la función de ATP, requisito fundamental para la mejora del servicio educativo. Hasta el momento, este es un tema no abordado en el sistema educativo, no existen mecanismos claros que regulen su permanencia y por ello nos podemos encontrar con Apoyos Técnico Pedagógicos con distintos niveles de desempeño. Urge pues diseñar una normatividad al respecto.

Con lo planteado, se evidencia la necesidad de contar con reglas claras en el acceso, permanencia y promoción de estas figuras, ya que en el marco de presupuestos vinculados a resultados, un curriculum centrado en competencias y verificación del desempeño de los alumnos a través de exámenes nacionales estandarizados, no hay cabida para improvisaciones o para una gestión institucional empírica.

El próximo sábado entrevistaremos a un ATP para conocer su diagnóstico y propuesta en el marco de estos tres factores y su opinión de la iniciativa federal en la materia conocida por sus siglas como SAAE, nos leemos hasta entonces.